jueves, 29 de marzo de 2012

Frágiles

Si hay algo que describe la vida humana es que es frágil. Viene y tan efímera como ha venido puede irse. Seremos humanos, pero seguimos siendo frágiles. 




martes, 20 de marzo de 2012

Maquillaje Rosas

Hace tiempo que quería hacer un maquillaje, pero por falta de tiempo no he podido. Por fin encontré un huequito y pude hacer éste en honor a la película Bella y Bestia de Disney, que tengo mono de verla.

Espero que os guste :)
















Para más maquillajes visita: http://amuleto.deviantart.com/

martes, 6 de marzo de 2012

Rota

Me decía que sería más feliz sola: tendría mi trabajo, mis amigos...
Hay una razón por la que dije que sería feliz sola, no fue porque creyera que sería feliz sola, sino porque creía que si amaba a alguien más, y de nuevo salía mal, no lo superaría. Es más fácil estar solo porque ¿Y si te das cuenta de que necesitas amor y no lo tienes? ¿Y si te gusta y dependes de él? ¿Y si construyes tu vida en torno a él y luego, todo se desmorona? ¿Se puede sobrevivir a ese dolor? Perder el amor es como sufrir daños en un órgano, es como morir. La única diferencia es que la muerte acaba y éste puede continuar para siempre. 

domingo, 4 de marzo de 2012

Eternamente juntos, y eternamente separados.

-Dana- llamó con ternura.
Los sollozos cesaron.
-Dana, soy yo.
-¡Déjame en paz!
-Dana, tengo que hablar contigo.
-Vete. No existes.
  Kai se estremació y cerró los ojos con una expresión de dolor en el rostro, como si le hubiesen clavado un puñal en el corazón. Pero Dana, oculta bajo la manta, no lo vio.
-De eso justamente quería hablarte.
  Hubo un breve silencio, y entonces la cabeza despeinada de Dana asomó por debajo de la manta. Estaba pálida, tenía los ojos enrojecidos y la nariz hinchada de tanto llorar.
-De eso quería hablarte-repitió Kai, sentándose a su lado-. Nadie puede verme. Solo tú.
-¿Me estás tomando el pelo?- preguntó incrédula.
-Sabes que no
  Dana no respondió enseguida. No tenia sentido..., pero, si Kai no decía la verdad, ¿cómo explicar que su familia no lo hubiese visto aún? ¿Cómo explicar que dijesen que hablaba sola, cuando ella nunca...?
-¿Y por qué?- quiso saber-. ¿Quién eres tú? ¿Que quieres de mí?
-Soy tu amigo. ¿O no lo soy?
  Dana sacudió la cabeza. ¿Cómo podía ser Kai tan ingenuo? ¿De veras creía que eso bastaba?
  Él pareció adivinar sus pensamientos:
-Solo tú puedes verme-insistió-. Pero yo seré tu amigo y estaré contigo siempre. Y esto es lo que hay.
-¿Esto es lo que hay?- repitió Dana, estupefacta-. ¿Y es sufuciente?
-¿Qué más puedo decir?- también él parecía molesto-. Tendrás otros amigos visibles para todo el mundo. Pero cuando pasen muchos años reconocerás que no tuviste un amigo mejor que yo.
-¡Qué engreido!- Soltó Dana, pasmada.
  Kai calló durente un momento. Despues dijo, suavemente:
-¿Prefieres que me vaya?
  Dana lo miró a los ojos.
-Porque, si es lo que quieres, me iré-añadió el chico-. Desapareceré de tu vida y no volverás a tener problemas por mi culpa.
  Dana no dijo nada. Solo siguió mirándole, y se preguntó entonces qué haría sin él, sin la mirada franca de aquellos chispeantes ojos verdes, sin la suavidad de su voz. Y tuvo que admitir que, tras la discusión con su familia, era Kai el único que le parecía más cercano y real. Él era lo único que le quedaba.
  Sintió el impulso de abrazarle, pero se contuvo. Desde el día que había intentado cogerle de la mano, no se había atrevido  a tratar de tocarle otra vez. Estaba claro que Kai odiaba el contacto físico.
  Sabía por experiencia que a él no lo gustaba que le tocasen. Se preguntó entonces por qué, y una súbita sospecha atenazó su mente. Alzó la mano lentamente para acariciar la mejilla de su amigo. Él pareció dudar un momento, pero no se apartó.
  Y la mano de Dana atravesó limpiamente el cuerpo de Kai, como si él no estubiese allí.
  Dana sintió un terror irracional. Movió el brazo en un desesperado intento por tocar algo, pero la figura de Kai, aunque era perfectamente visible, parecía tan incorpórea como la niebla.
  Dana gimió, y sus deseos de abrazar a Kai, de retenerlo a su lado, crecieron hasta hacerse insoportables. Kai le dirigió una mirada apenada.
-Existo en un plano diferente al tuyo-le dijo-. Lo siento, no puedo hacer nada. Podemos estar eternamente juntos, y eternamente separados.
  Dana gimió de nuevo. Ella era una simple campesina que no podía comprender aquellas sutilezas.
  Se acurrucó bajo su manta y le dio la espalda a Kai, mientras su mirada se perdía entre las estrellas que se veían a través del ventenuco. De pronto sintió algo tras ella, y no necesitó volverse para saber que Kai estaba echado a su lado. Incluso sintió el brazo de él rodeándole la cintura. No lo notaba como algo corpóreo, sino como una cosa parecida al roce de la brisa, a la calidez de un rayo de sol, a la frescura de un día de lluvia. Sin embargo, la reconfortó infinitamente. Suspiró, y se acurrucó junto a Kai. No podía tocarlo, pero podía sentirlo, y toda su alma respondía ante aquella presencia.
- No me dejes sola, Kai- suplicó en un susurro-. No me dejes nunca.
-Nunca- prometió el muchacho, y su voz sonó muy cerca del oido de Dana, en lo más profundo de su mente y en lo más profundo de su corazón.